Érase una vez, hace mucho tiempo,
en un lugar muy lejano vivía una familia muy pobre. Tenían tres hijos y no sabían
como celebrar la Navidad. En
el pueblo donde vivían habían organizado un concurso de cuentos de Navidad y
uno de los hijos decidió concursar y contar su propia historia. Si ganaba el
premio, por lo menos esa noche, cenarían algo especial ya que el premio era un
pavo relleno y unos dulces. Les contó como era su vida con su familia y cómo, aún
sin tener nada de valor, eran felices.
Vivían a las afueras del pueblo,
se alimentaban de un pequeño huerto, de dos gallinas que tenían y se
calentaban todos alrededor del fuego. No
tenían juguetes, tenían que caminar mucho
para ir al colegio y pasaban mucho frío.
En las navidades no tenían nada
especial que comer ni tampoco reglaos, pero las pasaban junto al fuego cantando
villancicos. Sus padres les contaban historias y cuentos de Navidad.
Aquel año la historia cambió ya
que, sorprendentemente, el niño fue ganador del concurso y, además, los vecinos
del pueblo les regalaron alguna cosita más como zapatos, abrigos, etc.
Fue una Navidad diferente. Todos
en el pueblo aprendieron que no sólo hay que compartir, ayudar y ser generosos
un día al año, sino que es algo que tenemos que tener presente todos los días.
Coral Ramos (3º B Primaria)